El riesgo de la estanflación en el mundo | FACEA UDEC

«La necesidad de recuperar la actividad económica después de la desaceleración de la actividad económica tras la pandemia y el control de la inflación sigue siendo una necesidad y una prioridad.»

Desde la asunción de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos en enero de este año se venía anunciando y anticipando los potenciales impactos de su tan comentada política arancelaria para potenciar y fortalecer la economía norteamericana, eliminando desde su perspectiva las condiciones desfavorables que venían afectando la industria nacional frente a la competencia proveniente desde China, Canadá, México y la Unión Europea y el déficit comercial en sus cuentas externas. Más allá de lo correcto o erróneo de esa percepción que es materia de otro análisis, ya se proyectaba un año con una gran inestabilidad con importantes impactos. En efecto, a principio de años ya señalábamos en este mismo medio, «…el inicio de la presidencia de Trump en EE.UU. tendrá impactos sobre el valor del dólar, las tasas de interés, el comercio internacional con los impactos en el crecimiento de corto plazo y la inflación».

La teoría económica y la evidencia de otros episodios similares en el pasado nos muestra que la imposición de aranceles en las importaciones encarece los bienes importados contribuyendo al alza de los precios domésticos y la inflación en forma inmediata seguido de una desaceleración de la actividad económica producto de la pérdida de poder de compra de los ingresos de las personas producto de esas alzas. A estos efectos de corto plazo se suman la reducción del volumen de comercio de la cual dependen también muchos empleos y la postergación de inversiones orientadas a sectores del comercio internacional. En suma, los impactos son inflacionarios y recesivos simultáneamente, fenómeno que se conoce en economía como estanflación. En este fenómeno coinciden el estancamiento económico, la inflación y un alto desempleo.

Este fenómeno no es nuevo y ya lo habíamos vivido en la década de los 70 con los shocks petroleros lo que se tradujo en importantes alzas en los costos de producción, precios, y estancamiento. También aprendimos lo complejo de las decisiones de política pública ya que el controlar la inflación vía medidas ortodoxas de control de gasto público y privado por medio de políticas monetarias y fiscales restrictivas empeoraban la actividad económica y desempleo de corto plazo. No cabe duda de que los bancos centrales hoy enfrentan exactamente el mismo dilema generando a una mayor incertidumbre sobre sus decisiones y generando una alta volatilidad en las acciones que se tranzan en las bolsas de valores, los rendimientos de los bonos en el mercado monetario y el valor del dólar en el mercado cambiario. Considerando este escenario, muy recientemente la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Japón y el Banco Central de Chile han actuado con prudencia manteniendo la tasa de interés de política monetaria.

Es muy importante tener presente en las decisiones de política lo complejo de lidiar con la estanflación y la potencial incoherencia que esta genera y los costos a la sociedad. Si es cierto que el impacto inflacionario como empujón de costos proveniente de las tarifas es transitorio y se disipa después de un tiempo sería inadecuado subir la tasa y en ese sentido la prudencia es bienvenida. La necesidad de recuperar la actividad económica después de la recesión o desaceleración de la actividad económica de los impactos de la pandemia y el control de la inflación sigue siendo una necesidad y por lo tanto una prioridad para la sociedad y para el objetivo de política pública.

Dr. Iván E. Araya Gómez, Facultad Ciencias Económicas y, Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 28 de marzo de 2025