«El «Efecto Trump» es una realidad que obliga a las organizaciones a tener visiones más estratégicas, humanas y resilientes en la forma en que gestionan su recurso más valioso: las personas.»
La reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha venido a reconfigurar el escenario geopolítico global, generando una serie de impactos potenciales en distintos ámbitos económicos, sociales y laborales. Las empresas chilenas y sus áreas de gestión de personas no son ajenas a un entorno más incierto y desafiante, donde la adaptabilidad y la visión estratégica se tornan fundamentales. Este fenómeno, el «Efecto Trump», obliga a repensar cómo gestionar el talento en un mundo marcado por el proteccionismo, la volatilidad y el cambio cultural.
La vuelta de Trump ha traído consigo un renovado impulso hacia el nacionalismo económico y el proteccionismo comercial. Esta orientación puede afectar a las exportaciones chilenas, generando posibles consecuencias en el empleo, en sectores clave como minería, agroindustria y tecnología. La gestión de personas debe anticiparse a escenarios de ajuste de dotaciones, reestructuración de equipos y rediseño de perfiles laborales. A su vez, las organizaciones deberán reforzar sus planes de capacitación y reconversión, para mantener la competitividad de su capital humano ante posibles transformaciones productivas.
Las políticas migratorias restrictivas de Trump, podrían limitar las oportunidades de movilidad laboral internacional para profesionales chilenos. Además, se dificultaría la atracción de talento extranjero altamente calificado hacia Chile, en particular desde países con relaciones diplomáticas tensas con EE.UU. Como respuesta, las empresas deberán potenciar el desarrollo interno del talento, promover el liderazgo local y fortalecer sus programas de formación continua.
El estilo comunicacional y político de Trump ha sido identificado como polarizante, promoviendo divisiones sociales e ideológicas. Este clima, amplificado por los medios y redes sociales, puede llegar a influir en la cultura interna de las organizaciones chilenas. Las áreas de personas deberán desempeñar un rol activo en la promoción del respeto, la inclusión y la sana convivencia laboral, reforzando valores compartidos y mecanismos de resolución de conflictos en equipos diversos.
La percepción de un mundo inestable, sumado a las repercusiones económicas locales, puede elevar los niveles de ansiedad, incertidumbre y estrés laboral. Las áreas de Recursos Humanos de las organizaciones. deberán profundizar sus estrategias de cuidado y salud mental, priorizando el acompañamiento psicológico, el equilibrio trabajo-vida personal y la construcción de entornos laborales empáticos y sostenibles.
Este nuevo ciclo global representa una amenaza para el multilateralismo y la cooperación internacional. No obstante, también es oportunidad para que Chile fortalezca su liderazgo regional y reafirme su compromiso con valores democráticos, apertura económica e innovación. En este marco, la gestión de personas debe alinearse con una visión de largo plazo, donde el liderazgo transformacional, el aprendizaje organizacional y la gestión del cambio sean pilares fundamentales para enfrentar el futuro.
La reelección de Trump no solo marca una nueva etapa para EE.UU., sino también para el mundo del trabajo en muchos países, entre ellos el nuestro. El «Efecto Trump» ya no es una posibilidad, sino una realidad, que obliga a las organizaciones a tener visiones más estratégicas, humanas y resilientes en la forma en que gestionan su recurso más valioso: las personas.
Carlos Baquedano Venegas, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción. Columna opinión de El Sur, Viernes 18 de abril 2025 |
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