Situación socioeconómica en Chile | FACEA UDEC

«Muchas veces las frías cifras no dejan ver el enorme impacto que significa para muchas familias traspasar el umbral de la pobreza. Se trata de los mejores resultados obtenidos en décadas.»

En el mes de julio el Ministerio de Desarrollo Social y Familia presentó los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) para el año 2022. Esta encuesta es el termómetro fundamental de la situación socioeconómica nacional y se aplica cada dos o tres años. En esta ocasión se dieron a conocer, entre otros, los resultados generales sobre pobreza por ingresos y pobreza multidimensional.

Llamó la atención que la difusión que tuvieron los resultados de esta encuesta en los medios de comunicación nacional fue limitada, quizás en parte porque el mismo día se publicaron los resultados de la encuesta de opinión Cadem, que si fue profusamente informada. En términos de precisión de los resultados no hay punto de comparación entre estos dos instrumentos. La encuesta Casen 2022 se basa en entrevistas cara a cara que cubren a 202.231 personas en 72.056 hogares a lo largo de todo el país, mientras que la Cadem se basa en entrevistas por celular a aproximadamente 700 personas, con baja representatividad a nivel de regiones.

Para leer datos de la situación socioeconómica es importante tener claro de que ésta varía en el tiempo y es determinada por diversos factores. El momento en que se mide es por ende importante. Los datos de la encuesta Casen 2022 corresponden a una medición del ingreso promedio durante el año 2022. Esto es cuando la economía chilena se encontraba en pleno proceso de desaceleración general, inducido por las autoridades económicas, para enfrentar los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante 2021 y 2022.

La incidencia de la pobreza por ingreso se redujo de 10,7% en 2020 a 6,5% en 2022, lo cual es una enorme caída y el nivel más bajo alcanzado desde que se aplica la encuesta Casen. Este resultado se logró mediante la conjunción de tres efectos que actuaron en el mismo sentido: aumento promedio en los ingresos laborales, en los ingresos autónomos, y en los subsidios otorgados por el Estado en los últimos tiempos.

Es claro que la política pública contribuyó a este resultado al concentrar los apoyos económicos en las familias de menores ingresos. También se redujo la diferencia en pobreza por ingresos por género. La incidencia de la pobreza en las mujeres pasó de 11% a 6,9% y la de hombres de 10,3% a 6,9%, igualando las tasas promedio. Ambos grupos también registraron caídas en la pobreza extrema y en pobreza multidimensional, siendo esta última menor para las mujeres que para los hombres al año 2022. Finalmente, en la región del Biobío, la incidencia de la pobreza se redujo en 5,5 puntos porcentuales y la pobreza extrema en 2,8 puntos porcentuales en comparación con el año 2020.

Muchas veces las frías cifras no dejan ver el enorme impacto que significa para las condiciones sociales de muchas familias traspasar el umbral de la pobreza. Se trata de los mejores resultados obtenidos en décadas. Pero al mismo tiempo es importante entender que estos resultados no son independientes de la situación económica general del país y que pueden cambiar, en cualquier sentido, dependiendo de la evolución que ésta tenga. Por ello es importante acordar, como país y región, una hoja de ruta que entregue mayor certidumbre, y que permita afianzar estos y otros logros que impactan el bienestar de la población.

 

Dr. Jorge Dresdner C. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 01 de septiembre de 2023