La falta de administración | FACEA UDEC

«Hay problemas de desconfianza en las instituciones y de escasa credibilidad de las autoridades. Se desconfía de su capacidad de gestión y de lo que puedan hacer para resolver los problemas.»

Se viven tiempos difíciles no solo en lo económico y social sino también en lo administrativo y de gestión.

Hay problemas de desconfianza en las instituciones y de escasa credibilidad de las autoridades. Se desconfía de su capacidad de gestión y de lo que quieran – o puedan – hacer para resolver los problemas que nos afectan. Una revisión de las encuestas Cadem de las cuatro últimas semanas nos muestra que: el 82% de los chilenos cree que en La Araucanía hay terrorismo (20.11); 72% piensa que Chile va por mal camino (28.11); 80% confiesa temor de ser víctima de un delito y 97% dice que hay violencia a la que debe dársele importancia o mucha importancia (04.12). Junto a este panorama, la aprobación del Presidente ha alcanzado un 31%, 29%, 29% y 31% en las cuatro últimas semanas. Y la desaprobación, en el mismo período, ha sido de 61%, 63%, 65% y 65%. Estos números hacen recordar la opinión de un ex-presidente del PS al que le «daba vergüenza» que Chile tuviera un Presidente con tan baja aprobación y tan alta desaprobación refiriéndose al Presidente Piñera quien, en todo caso, tenía una desaprobación menor que la registrada por el Presidente Boric. Obviamente la seguridad y la actividad delictual, siendo materias de responsabilidad del gobierno, explican de manera importante estos resultados.

No son, sin embargo, los únicos problemas que exhibe la gestión del gobierno. Agregaremos la educación. Las cosas aquí no están mejor. Quienes nos gobiernan construyeron su plataforma política sobre la base del slogan «educación pública gratuita y de calidad». La componente gratuita atraviesa dificultades de implementación. Es el propio gobierno el que pide ahora, postergar la desmunicipalización de la educación básica y media porque los monstruos burocráticos creados al efecto tienen problemas. La componente de calidad ha sido abandonada. Cincuenta mil estudiantes de básica y media dejaron el sistema este año y no se conoce plan que se esté realizando para recuperarles. La prometida condonación del CAE parece estar en re-evaluación lo que, en todo caso, constituye una buena noticia al ser ésta una política regresiva.

Una tarea a la que sí se ha abocado el gobierno, es a impulsar la reforma previsional. Sólo precisar, que se trata de un proyecto que comienza a conocérsele su letra chica. Este proyecto frenará la inversión y el ahorro, de aprobarse, debido a sus débiles bases y al contexto de recesión económica en desarrollo, que espera para los próximos meses su peor cara y una baja inversión que afecta la estancada creación de empleos.

Hemos dado cuenta en estas líneas de problemas de gestión (y de prioridades) que conllevan a la desaprobación de la gestión del Presidente de la República. Y si recordamos la definición general de administración como el proceso que consiste en planear, organizar, dirigir y controlar los recursos humanos, técnicos y financieros encaminados al logro de los objetivos organizacionales, es legítimo concluir -y tenemos la certeza- que una mejor administración permitiría generar políticas públicas e impulsar proyectos de ley que resolvieran los problemas que nos aquejan y cumplir con el mandato constitucional para el que fue elegido la máxima autoridad del país: gobernar. Concluimos, por tanto, que la inexistencia de una eficaz y eficiente administración genera un impacto mayúsculo en nuestra sociedad.

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Sergio Escobar Miranda, Facultad Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de Concepción.

Columna opinión de El Sur, Viernes 12 de diciembre 2022